Convento Franciscano de San Miguel Arcángel de Huejotzingo

El inicio de la evangelización 

Vista del patio central y del templo con advocación a San Miguel Arcángel 


Hola a todos, espero se encuentren muy bien; en seguimiento a la visita que tuve al municipio de Huejotzingo con motivo de su singular carnaval, me di a la tarea de escribir acerca de esta hermosa joya arquitectónica del siglo XVI.

Un poco de historia


Entrada principal al convento 
Como muchos saben, durante la época de la colonización, fue solicitado a la corona española el envío de varios misioneros que cumplieran con la consigna de evangelizar a los grupos de indígenas que vivían en la región y quienes eran llamados "naturales".  Esta petición fue encomendada por mismo Hernán Cortés mediante varias cartas dirigidas al rey Carlos V.   Cumpliendo dicha demanda, fue el 13 de mayo de 1524 desembarcaron al puerto de Veracruz doce frailes franciscanos, quienes encabezados por fray Martín de Valencia, fueron conocidos como "Los Doce Apóstoles de México" o como "Los Doce".  En primera instancia llegaron a la ciudad de Tlaxcala para quedarse ahí unos días y después trasladarse a lo que hoy es la ciudad de México, en donde fueron recibidos por Hernán Cortés junto con sus soldados así como fray Bartolomé de Olmedo y Cuauhtémoc junto con sus principales caciques. 

 Dibujo original que adorna a un altar
En conjunto con Hernán Cortés se decidió crear cuatro cabeceras que fueran las sedes de evangelización y en las cuales se crearían los primeros conventos franciscanos de la Nueva España: México, Tlaxcala, Texcoco y Huejotzingo.  A partir de esta división, los frailes se dieron a la tarea de aprender más acerca de las costumbres y dialectos de los indígenas, siendo plasmado en diferentes documentos escritos por frailes como Toribio de Benavente o también conocido por "Motolinia" nombrado así por los indígenas y cuya traducción al español es "el que es pobre o se aflige", dada sus ropas sencillas con las que vestía y su falta de calzado.

En Huejotzingo (del náhuatl "Ahuexotl", sabino; "tzin" diminutivo; "co" lugar; es decir, "En el Sabino Pequeño"), en un principio se designó a Fray Juan Álvarez junto con otros tres frailes a realizar los trabajos de catecismo sin encomienda por no ser tierra conquistada. Los frailes se distinguieron por defender a los indígenas de los abusos que sufrían, situación que provocó problemas a futuro con la Real Audiencia Española. 
Un claro ejemplo de esta situación fueron las falsas acusaciones de usurpación de funciones que le hicieron a Fray Toribio de Benavente, guardián del convento en 1538, quien abogaba por la condonación de impuestos a los indígenas debido a su pobreza, por lo que dicha petición no
Una de las capillas posas ubicadas en el atrio 
fue bien vista para la Real Audiencia. 

El primer paso era comenzar a  enseñar español a los indígenas, por lo que utilizaron pintura mural en los retablos, en las cuatro capillas posas que se encuentran afuera del convento y en los claustros, con el fin de enseñar los principales elementos de la iglesia católica y facilitar su convención.  La tarea de los frailes quedó clara en el siguiente fragmento escrito por Fray Juan de Zumárraga en 1532:

 "...sabed que andamos muy ocupados con grandes y continuos trabajos en la conversión de los infieles, de los cuales, por gracia de Dios, por manos de nuestros religiosos de la Orden de Nuestro Serafico Padre San Francisco, de la regular observancia, se han bautizado más de un millón de personas.  En muchos lugares están edificadas iglesias y oratorios, y en muchas partes, levantadas en alto y adoradas de los indios las armas resplandecientes de la Santa Cruz."


La actual edificación fue construida por los mismos monjes franciscanos entre 1544 y 1571, fabricando una plataforma artificial y muros hechos de piedra y mampostería lo suficientemente alta para prevenir futuros ataques de los pueblos popolocas que habitaban por la región.


En el patio central se observa una fuente octagonal
rodeada de arcos que delimitan al pasillo 
La ubicación de este recinto fue favorecida por su fértil tierra y su templado clima, ayudando a la siembra de árboles frutales como manzanos, guayabos, perales y duraznos, así como el cultivo de alimentos propios de la región: calabaza, frijol, chile, aguacate, chía, amaranto y nopal, además de encontrarse rodeados de bosque con árboles de maderas finas.  En base a un mantenimiento sostenible así como el proceso de evangelización con trato humano, ayudó a la instalación de los frailes por muchos años.  Conforme pasaban los años, fueron mejor aceptados por los indígenas.  En uno de los escritos de Fray Toribio de Benavente menciona lo siguiente:

"...que en esta tierra los patios (atrios) son muy grandes y muy gentiles, por que la gente no cabe en las iglesias y en los patios tienen su capilla para que todos oigan  misa los domingos y fiestas, y las iglesias sirven para entre semana".

Conforme a este tipo de construcción se fueron edificando otros conventos franciscanos alrededor de la zona: Atlixco, Calpan, Huaquechula, Tochimilco, Cholula (aún activo), Tecali, Tecamachalco y Huatlatlauca (este último acabado por la orden de los Dominicos).

"Recuerdo: Mogoyan, Cayo preso el día
1 de abril de 1924" 
Para la década de 1910 fue objeto de invasión por parte de los revolucionarios, quienes, por motivos desconocidos, destruyeron una de las capillas posas que albergaba el atrio, quedando de esta solo el alfiz

Durante la guerra cristera fue utilizado como cuartel y de cárcel para la ejecución de prisioneros, para pruebas de ello, se puede observar en el marco de la entrada hacia el comedor, inscripción con el nombre de uno de los reos con la fecha de su estadía.

Fue hasta 1994 que este lugar fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Recorrido por el actual ex convento


Actualmente, este recinto alberga el Museo de la Evangelización, fundado en 1985 y en el cual podemos observar diferentes objetos religiosos de la época: pilas bautismales, pinturas, retablos y otros objetos utilizados en misa.  

Lavatorio de pies, ubicada en
la Sala de Profundis 
El convento se encuentra sobre la Avenida Cuauhtémoc #4, frente al zócalo de la ciudad de Huejotzingo, justo en un callejón de no más de diez metros de largo; en él pueden encontrar diferentes comercios e incluso un restaurante.  Para ingresar al atrio se tienen que subir a una escalinata y pasar por un pórtico de tres arcos.  El atrio se encuentra totalmente bardeado y es de tamaño considerable.  En sus 14,400 metros cuadrados alberga un jardín con arbustos y árboles frutales, al centro una cruz de piedra y en cada esquina las capillas posas, las cuales albergan en su interior diferentes murales que representan el Viacrucis de Jesucristo.  

El recorrido inicia visitando la iglesia con advocación a San Miguel Arcángel; sin embargo, no pude ingresar debido a los daños estructurales que sufrió el inmueble por el sismo del mes de septiembre de 2017, mismo que se contempla esté totalmente restaurado hasta 2020.  La fachada es de estilo colonial plateresco y es de las pocas construcciones que guardan su estilo arquitectónico original.


El ingreso al convento es a un costado de la iglesia de San Miguel; las personas que se encuentran a cargo del lugar fueron muy amables conmigo y me indicaron el recorrido que tenía que tomar para visitar en orden el museo. 

Chimenea ubicada en la cocina y
en donde cocinaban los frailes 
En la planta baja se pueden observar varios objetos religiosos antes mencionados, además de los peculiares murales que representan distintas escenas religiosas, macetas con flores, así como imágenes de Santos como San Pedro, San Pablo, San Antonio de Padua, San Francisco y San Buenaventura.  En la Sala de Profundis se encuentran representados arriba de la puerta a los doce frailes arrodillados frente a una cruz; arriba del nicho de esta sala, se observan a tres querubines rodeando el altar los cuales se encuentran unidos por una guía de hojas.  En la parte superior se encuentra una pintura representando a Jesucristo lavando los pies a sus apóstoles.
En general, las pinturas se encuentran en buen estado. En el patio principal se encuentra una fuente octagonal, así como un largo pasillo que rodea el patio central con cinco arcos en cada lado. También podemos ver la cocina, la cual cuenta con una chimenea de varios metros de alto, así como varios instrumentos que se ocuparon en la época como calderas, cucharones y mesas de madera.  A un costado se encuentra el área del comedor con sus grandes sillas de madera (supongo que son los muebles originales) y una serie de pinturas al óleo con motivos religiosos.  Detrás del edificio se observan los jardines que alguna vez funcionaron como los huertos de árboles frutales, hortalizas y plantas medicinales, así como el espacio que funcionó como pozo de agua que sirvió para abastecerse.

Las celdas contaban con lo básico 
En la primera planta podemos apreciar en primera instancia algunas celdas o dormitorios que ocupaban los frailes; en la información proporcionada indica que cada celda era de uso individual y solamente contaba con un camastro de madera (el cual sólo se cubría con un manto), una mesa, una imagen religiosa y (en  algunos casos) un armario; viendo esto, podemos deducir que realmente tenían una vida austera y sin comodidades.   En el pasillo principal se encuentran varias pinturas al óleo y al final nos encontramos con una galería de diversos objetos del convento y algunas fotografías de distintas épocas de otros conventos, así como explicación escrita que describe la historia de este lugar.

Al final se encuentra una sala con los diferentes trajes tradicionales que la población ocupa durante el tradicional carnaval: suavos, turcos, zacapoaxtlas, serranos y zapadores, así como una breve explicación por escrito del significado de cada uno.

El recorrido dura alrededor de una hora y realmente vale la pena hacer una visita a este distinguido lugar, el cual se nota su cuidado y mantenimiento por la gente local y autoridades correspondientes, además de ser un punto importante para la historia de México durante su época de colonización.


Recomendaciones:

  • Lleven ropa cómoda, zapatos bajos y de preferencia anti derrapante.
  • Se encuentra prohibido sacar fotografías con flash y cualquier tipo de luz que pueda afectar a las pinturas, así como tocar los artículos que se encuentran en exhibición.   Eviten regaños por parte de los vigilantes.
  • Eviten meter alimentos y bebidas, pues pueden provocar un accidente y afectar el patrimonio del lugar.

El horario de atención es de martes a domingo de 09:00 a 18:00 horas y tiene un costo de $50.00; para niños menores de 12 años, INAPAM, estudiantes y maestros con credencial vigente, la entrada es gratis.

Gracias por leerme, nos vemos en mi próxima publicación

¡Hasta pronto!


Biografía:

http://es.catholic.net/op/articulos/1262/cat/101/iglesia-y-convento-de-san-miguel-arcangel-en-huejotzingo.html#

https://es.wikipedia.org/wiki/Toribio_de_Benavente

www.periodicoenfoque.com.mx/2012/05/ex-convento-de-huejotzingo-monumento-historico/

http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:Il-Ud2t9fYsJ:arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-construccion-del-convento-de-san-miguel-de-huejotzingo-puebla+&cd=3&hl=es-419&ct=clnk&gl=mx

http://www.inah.gob.mx/es/red-de-museos/304-ex-convento-de-huejotzingo-museo-de-la-evangelizacion

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